viernes, 25 de marzo de 2011

Dichos y Refranes Españoles y sus historias

Vamos a ver hoy un poquito de historia de la lengua y conocer como surgieron algunas de las expresiones que utilizamos a diario.


A buen entendedor pocas palabras bastan
Este antiguo refrán ya lo encontramos en latín, concretamente en la expresión, "intelegenti pauca", o lo que es lo mismo "a los inteligentes, pocas cosas". Y es que es propio de personas inteligentes el entender las explicaciones o los hechos a la primera. Por eso, cuando utilizamos esta frase en un contexto determinado de alguna forma estamos halagando a nuestro oyente, porque estamos manifestándole de manera subliminal "que es listo", aunque, claro está, también podemos estar utilizándola en sentido irónico, con lo cual estaríamos "acusándolo de no haber comprendido aquello que le queríamos decir".  

Bailarle a alguien el agua
Este refrán significa “adular a alguien”. Su origen, atendiendo a Covarrubias, lo podemos encontrar en la zalamería que mostraban las criadas en las villas y fincas andaluzas. Éstas solían regar y salpicar los patios y corrales con agua para mantenerlos frescos, oliendo siempre bien y a limpio, cuando llegasen los dueños de las casas en las que servía.

El que se fue a Sevilla, perdió su silla
Cuentan que durante el reinado en Castilla de Enrique IV de Trastámara, un sobrino de don Alonso de Fonseca -arzobispo de Sevilla- fue a su vez designado arzobispo de Compostela, pero suponiendo el tío que, a causa de las revueltas que agitaban Galicia, a su sobrino le costaría mucho tomar posesión de su cargo, se ofreció para adelantarse a Santiago para allanarle las dificultades, pero a cambio, le pidió a su sobrino que lo reemplazase en los negocios de su sede en Sevilla.
Efectivamente, así se hizo y con el mejor resultado, de manera que una vez que don Alonso, concluida la gestión, regresó a Sevilla, se halló con la desagradable sorpresa de que su sobrino se resistía a abandonar la sede que regenteaba, alegando que el arreglo había sido permanente. Para reducirlo, se hizo necesaria la intervención del Papa y hasta la del propio rey Enrique.
De aquel suceso, muy comentado en su tiempo, nació el dicho que seguramente en su origen debió ser el que se fue "de" Sevilla, perdió su silla y no como lo conocemos hoy, el que se fue "a" Sevilla, perdió su silla, porque en realidad, don Alonso no fue a Sevilla sino a Santiago de Compostela, para lo cual debió irse de Sevilla y... dejar su silla. 

Estar en Babia
Durante la Edad Media, al parecer, abundaba la caza en ese lugar y los reyes de León lo eligieron como punto de reposo, particularmente para alejarse de los problemas de la corte, complicada con las intrigas palaciegas de los nobles, empeñados en instaurar un régimen feudal semejante al de la Europa septentrional. Además, los reyes aprovechaban las bondades del lugar para -como diríamos en nuestros días- "desenchufarse" de la tarea estresante, que no era poca. Estas ausencias del rey motivaban a menudo la inquietud de los súbditos a quienes, cuando preguntaban por él, se les respondía evasivamente que el rey estaba en Babia.
La expresión se hizo coloquial y pasó al lenguaje común para significar toda disposición de ánimo desentendida, de propósito o involuntariamente, ante cualquier tarea apremiante. Hoy en día, nosotros la utilizamos específicamente para hacer referencia a toda persona distraída o que parece ausente en el momento en que más se necesita de su concentración.


Ir de punta en blanco
Esta expresión, que en la actualidad solemos utilizar para elogiar la elegancia y pulcritud de la vestimenta de alguna persona, tiene su origen en los antiguos usos de la caballería. 
En ese tiempo, en cambio, el dicho se aplicaba a los caballeros que solían llevar todas las armas del arnés desnudas y listas para el combate y como estas eran de acero bruñido, centelleaban al sol con una blancura resplandeciente, es decir, los caballeros iban de punta en blanco. 
Esta expresión es la misma que da origen a la frase armas blancas, aludiendo a que son cortantes, en contraposición con las llamadas armas negras, que eran las que se utilizaban en la práctica de la esgrima y que no eran cortantes ni punzantes; asimismo, eran también llamadas armas negras las que permanecían envainadas. 
Por analogía, con el correr del tiempo, el modismo ir de punta en blanco vino a aplicarse también al acto de vestir suntuariamente -ya sea de uniforme o etiqueta- y con el máximo esmero, tal como lo hacen en la actualidad muchas personas.


¡Esto es jauja! 
Esta exclamación a menudo se utiliza para designar las condiciones favorables que presenta algo en cuestión, de esta forma la vemos empleada en situaciones en las que podemos adquirir muchos bienes sin dispendio alguno o cuando todo está a nuestro gusto.Su origen podemos hallarlo en un paraje peruano descubierto por el marino Francisco Pizarro. Al parecer ese paraje era de gran belleza, su tierra era fértil y sus minas de oro productivas, por eso los cronistas españoles quedaron fascinados ante tanta abundancia y hermosura, y de ahí que surgiera esta expresión. No obstante, su uso creció gracias a una comedia del dramaturgo Lope de Rueda (año 1565), ya que este autor teatral decidió titular a una de sus obras La tierra de Jauja, por cierto en esta pieza teatral se burlaba de todos aquellos que esperan una vida fácil y acomodada, sin realizar a cambio ningún esfuerzo  

Llegar y besar el santo
Este dicho alude a que era costumbre, en los pueblos de España, que durante las fiestas patronales se formaran filas o colas, en las que las personas aguardaban su turno para besar al Santo. No obstante, algunas personalidades del pueblo (como podía ser el alcalde) no tenía necesidad de esperar y nada más llegar besaban al Santo, de ahí que naciera esta expresión, que, además, no está exenta de cierta envidia, malestar e ironía. 

Lo cortés no quita lo valiente
Este popular refrán indica, sobre todo en sus orígenes, que se equivocan aquellas personas que pensaban que porque alguien fuera de buena cuna y hubiera gozado de una educación esmerada, tuviera buenos modales... no sería capaz de defender enérgicamente sus derechos e ideas en el caso de que fuese necesario. Hoy en día este dicho todavía ha ampliado más su significado y hace también referencia a que la posesión de una virtud no impide la posesión, al mismo tiempo, de otras virtudes.  
Aunque parezca mentira, Babia existe y es una apartada comarca de la provincia de León, en España, poco fértil y bastante alejada de las zonas pobladas en cuyo territorio hoy se encuentran importantes pantanos de aprovechamiento hídrico.

Poner los puntos sobre las íes
Durante el transcurso del siglo XVI, fueron introducidos los caracteres góticos en la escritura común. Entonces, los copistas -importantísima profesión en esa época- adoptaron la práctica de poner un pequeño tilde sobre la i minúscula, para evitar que la presencia de dos de estas letras seguidas fuese confundida con una "u" (como si hoy tuviéramos que escribir a mano y en letra cursiva el término compuesto anti-inflacionario).
Por supuesto, esta innovación no fue bien recibida por todos los escribas y por algunas de las personas letradas, de manera que comenzaron a discrepar con la medida; tanto fue así, que para muchos, la acción de poner los puntos sobre las íes no pasaba de ser una prolijidad ociosa, propia de personas excesivamente meticulosas y maniáticas del esmero.

Quien calla otorga   
Este refrán ya había sido incluido por el jesuita aragonés Baltasar Gracián en su conocida obra El criticón, y todavía se usa hoy en día para criticar el hecho de que una persona ante unas acusaciones que lo comprometen directamente, no sale en su propia defensa, lo que sin duda es interpretado por sus interlocutores como una confesión tácita de culpabilidad.

  



Referencias:
http://www.casaescritura.com

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